sábado, 26 de abril de 2014

¿Android? No gracias

Tengo una tablet con Android y puedo decir con certeza que el sistema Android  es una caca de la vaca, una estafa como la copa de un pino y que está a años luz, muchos años luz, del portatil más simple. En todos los sentidos. Todos.

lunes, 7 de abril de 2014

RAJOY, EL ESCRIBA SENTADO

      En tiempos de los faraones nuestro primer ministro habría sido, todo lo más, uno de aquellos escribas que recogían en sus tablillas y papiros las  crecidas del Nilo, la cantidad de sacos de trigo almacenados,  los pertrechos que harían falta en la guerra, la cantidad  de cuerda para la construcción de las pirámides o las frases que el faraón deseaba ver escritas en las paredes de su monumento funerario.  Otros serían los que habrían discutido sobre la necesidad de conservar tal o cual cantidad de trigo, si las relaciones con los vecinos era o no correcta, si la guerra con tal o cual pueblo vecino era o no prudente y  beneficiosa, si la construcción de la pirámide debía representar todas las victorias del faraón para orgullo de los faraones futuros, o si la dinastía caería en manos que supieran llevar a buen fin los objetivo del impero. Él recogería todo aquello, mudo en su rincón, impasible, lo escribiría con primorosa letra en el papiro y lo archivaría para la ocasión. Nada más. Asistiría callado e impertérrito a los problemas que la vida, la política, desarrollaría a su alrededor.
Es algo constante y diario pase lo que pase, hagan los otros actores de la política el movimiento que quieran. Rajoy es una nueva forma de hacer política. Simplemente no se hace nada. Simplemente el primer ministro Rajoy no tiene discurso político. Por eso estudió lo que estudió. Lo que sucede es que la vida le trajo hasta aquí, pero… no llevaba el equipaje necesario para jugar a este deporte.
     No deseamos ver a Rajoy en caballo blanco y espada en alto defendiendo los honores de la patria a sablazos. No deseamos verlo amenazante, crispador, metiéndonos miedo, azuzando odios, pero… echamos de menos gestos, palabras y obras que son tan necesarios como la misma economía, lo único que parece preocupar a nuestro escaso carismático líder.
Rajoy no quiere reconocer que todo es política. Las horas que dormimos, las que trabajamos, los impuestos que pagamos, el cine que vemos, la música que escuchamos, las horas de comer, lo que ganamos, lo que estudiamos, el tiempo de vacaciones, nuestro médico, los servicios públicos, etc. etc. etc. Todo es política. Todo. Así que para estar en la política, es decir, para ser político, hay que estar políticamente en alguna parte. Uno tiene que armarse políticamente. Tener ideas, principios, valores… Creer en ellos y defenderlos. Nuestro primer ministro, como un escriba, no parece tener decisiones, ni principios ni valores. O los tendrá, pero se los guarda para sí.
     Todos los días hay retos en la política. Cada día te echan el guante político para que lo recojas y defiendas tus ideas. Pero el silencio es la norma. No sabemos si no sabe o no quiere…
      Es que en la derecha, en general, no hay políticos. Hay gestores. Los escasos políticos son destruidos por la propia derecha, sobre todo, que odia la política. No acaban de comprender que quien gobierna nuestro país no es solo el que se preocupa de los sacos de trigo o de la altura de la pirámide, sino de los que hablan sobre educación, sobre el trabajo, sobre seguridad… Es lo que hace la izquierda. Lástima que la izquierda no tenga gestores. Y menos, buenos gestores. Porque lo que se dice gobernar el país, la calle, los sentimientos, eso lo hace la izquierda estupendamente. Si en vez del último tontiloco, embriagado de política infantil y demagógica hubiese tenido la izquierda un personaje con sentido común y ganas de hacer, más que de decir, la derecha no llegaba al poder en decenios. O siglos. Porque hoy por hoy, quien gobierna el país no es la derecha, ni aun estando en el gobierno. Es la izquierda. Y le quitarán el gobierno a poco que la economía comience a cambiar. Si es que lo hace, claro. Hoy por hoy a la izquierda todavía no le interesa el gobierno. Se contenta con mantener encendido el horno, en estado de precalentamiento, para cuando llegue la buena ocasión. Luego, un empujoncito y ala, a la pita calle. Y todo porque la derecha ni sabe ni contesta, porque no tiene discurso político y por tanto no juega los partidos. Otra cosa, ya digo, y suerte para la derecha, es que la izquierda no tenga buenos gestores. Ni buenos, ni malos, ni medianos. No tiene.
      Tal complejo de mudito tiene la derecha que lo que se está haciendo, bueno o malo, no se explica debidamente, no se le da importancia y se deja que cada cosita que el gobierno saca de su maletín sirva de puching ball para la izquierda y los otros, los que van a lo suyo, y solo suyo.
      No solo de pan vive el hombre, señor registrador, también de la palabra que sale por la boca del señor. El señor ahora es usted.
Por eso es tan necesario que los partidos políticos hagan, todos, primarias, y solo entre ellos, el que mejores ideas tenga, el que mejor sepa defenderlas, y el más consecuente con lo que diga y haga merece ser presidente y formar gobierno. Hacen falta palabras y hechos. Palabras para convencer, y hechos para confirmar. Ahora tenemos dos partidos cojos. A cada uno le falta una pierna distinta.
¿Y si se unieran?
Chi lo sa.