jueves, 14 de abril de 2016

DESDE EL RESENTIMIENTO, CON AMOR




     Todo el guirigay   montado por los partidos políticos a raíz de la últimas elecciones  se debe a un hecho muy concreto: la falta de política, o mejor dicho, de pedagogía política del gobierno, especialmente de su jefe: Mariano Rajoy
     
     Quisieron ser hábiles administradores, nada más, sin darse cuenta de que hay que hacer política, es decir, pedagogía. Si no te presentas a un partido de fútbol, el árbitro da como ganador al otro que sí se presentó. El gobierno pierde partidos, en la opinión pública,  porque no los juega. Ya hay que ser mendrugo.
    
      Los españoles solemos entender  por política el trapicheo común, ese yo te voto si tú me das, etc. No digo que eso no deba formar parte de la política, a veces, supongo, hay que optar por el mal menor, pero sobre todo la política debe ser considerada como una pedagogía. Es con esa idea con la que el gobierno, y los partidos en general, pero especialmente el gobierno, deben explicarse continuamente ante la opinión pública. A cada momento. Y responder a todos los comentarios de la oposición, sea la oposición que fuere. O tú toreas al toro o el toro te torea a ti. Y no debe considerarse como un trabajo penoso, esforzado e inútil. Más bien al contrario, en eso radica el  éxito o fracaso de un gobierno. Si tú no haces, o dices algo, lo hará el otro, y en tu contra. Es por ahí por donde los otros partidos tienen cogido al gobierno, por las »pelotillas pedagógicas». Mariano, tal vez Marianico el corto,  no dice, no habla, no se mueve. Tal vez en su altura, considera indigno que tenga que rebajarse a ello, o tal vez es que no sabe qué decir, puesto que como dice la señora Aguirre, el PP no sabe qué ideología tiene. Y ni le importa. Sea lo que fuere, si uno no sabe hacer pedagogía desde el gobierno, lo mejor es que no gobierne, y deje paso a otro. Hay que enseñar al ciudadano lo que se hace o no, y por qué se hace, contestar a los demás partidos, defenderse de los ataques del adversario. Contestar, explicarse. Eso es pedagogía. Eso es hacer política. Ser político. ¿Qué eso cuesta? Pues sí, pero… si no te vas a presentar al partido no juegues al futbol.
     
     Y si a la torpeza del Gobierno, especialmente de su presidente, unimos a todos estos resentidos sociales, que vienen con un ánimo de venganza heredado de no se sabe quién ni se sabe dónde,  (¿universidades?)  la cosa se pone realmente pastosa. Abrir hoy los periódicos, oír la radio o ver la televisión,  es llenarse de desagradables noticias, una tras otra.  Las cultura Carménica y Colauense; la nueva religión del independentismo ridículo, con sus «evangelistas» fanáticos; las asalta capillas; los resentimientos de la memoria histérica; la corrupción de unos y otros; las distintas varas de medir de la justicia que hace incomprensible que unos vayan a la cárcel y otros, de los que se sabe lo que se sabe, todavía caminan por las calles con todo el frescor primaveral... Etc. Etc. Etc.
     
     Y todo ello impregnado de esa mantequilla politiquera del resentimiento, disfrazado de justicieros pero  subvencionado por países extraños y manejando mucha pasta. La verdad es que da un poco de asco todo. Qué cansancio.
     
    Vengo una vez más a reivindicar el gran fracaso de la educación en España. Desde infantil hasta la universidad, que es ya cuando el gas acumulado durante años explota, como el champaña, y deja salir a borbotones a todos estos resentidos sociales, llenos de ideologías anti todo, con muchas ganas de mandar, del quítate tú que me ponga yo, porque no tienen en la mayoría de los casos donde caerse muertos. En realidad todos estos movimientos esconden frustraciones económicas y sociales, Crisis personales y falta de expectativas. De ahí la política, abrevadero que lo cura todo. Es un camino lógico: frustración, resentimiento, rebeldía, contestación y… ocupación de la vida política por vías no reglamentarias. Es lo que hay. Y a eso se añade los millones de tontos, que  creen ver siempre en cualquier papanatas a un mesías redentor.  Y luego se dirán ateos. ¿Ateos? ¡De eso nada! ¡Fervientes creyentes... de naderías, resentimientos y odios con ánimo de venganza! Y esta cofradía de resentidos, provocados por el fracaso educativo y la falta de pedagogía del gobierno van en aumento.
     

    División de poderes ya. Justicia independiente. Plan educativo para cien años en consenso con todos los partidos, instituciones, etc. Recuperación de las clases medias. Pedagogía política.