miércoles, 3 de abril de 2013

NORA Y LA ORTOPEDIA IDIOMATICA







Hace ya unos días que Nora recibió una primera lección de los idiomas que se oyen en la romántica y refinada ciudad de Torrevieja, esta Venecia del Mediterráneo, centro de la cultura, el arte y la industria del viejo Mare Nostrum; esta Torrevieja que es ya un crisol de culturas, razas y lenguas que poco a poco van fundiéndose y tal vez dentro de unos miles de años, quien sabe, acabe formando un nuevo ser sobre la tierra, con una lengua que sea la refundación de todas ellas. Algo así como el alinruschinjapñol. Aunque también podemos llamarle Olé, para abreviar. Y estaba ella impresionada al comprobar cómo la evolución humana ha dispersado tanto el habla. Como es una perra muy estudiosa del comportamiento humano me pregunta sobre la cuestión. ¿Cómo es posible que viniendo todos de África, los humanos no hayan desarrollado unas pautas comunes de lenguaje? Los perros lo tenemos, aunque seamos de China, de Rusia, de América, o del cono sur africano. Un guau es un guau.
―Pues verás Nora ―dije yo paciente―, los hombres, al dispersarse por el mundo (tal vez la preciosa historia de la torre de Babel, sea esto), se encontraron con situaciones muy distintas: paisajes distintos, climas distintos, animales y plantas distintas, y por tanto situaciones de vida muy diferentes. Y estas situaciones de vida tan dispares, con el tiempo marcaron no solo su aspecto físico y sus costumbres, sino su cultura. Y con ella la lengua. Hay lenguas que tienen muchas formas de decir una misma cosa, y otras que esa cosa la desconocen y por tanto no tienen palabras para nombrarlas.
El paseo, a esas horas de la mañana, refresca su mente y la mía, y después del descanso nocturno ambos parecemos más favorables a desarrollar una conversación.
―¿Tú sabes idiomas? ―me pregunta.
―Oh, sí muchos. La verdad es que sé tantos que a menudo pienso en uno y sueño con otro, pero como tú sabes uno solo pues estoy a cada momento traduciendo mis pensamientos para que me entiendas.
Nora me  mira, no sé por qué, pero sospecha algo.
―¿Cuántos idiomas sabes?
―Pues… todos los que se hablan aquí: alemán, inglés, ruso, africano, chino, japonés… Incluso griego. En Torrevieja hay que saber mucho griego. Pero además esos idiomas influyen en el nuestro habitual y lo van transformando. ¿Te has dado cuenta de que ya no decimos de acuerdo, sino ok?
―Sí.
―¿Y qué decimos dale al play? O también está of, por ejemplo. Se dice estar en stand bay y no en espera…
―Sí es cierto.
―Pues ya ves. Dentro de unos años hablaremos el Olé, que será como una jerga, un balbuceo con pretensiones de latín.
―Dime qué palabras hemos adquirido del alemán, por ejemplo.
―Ah, del alemán. Primero debo decirte que el alemán es una lengua muy energética, con una habilidad asombrosa para la síntesis lingüística. Los alemanes cogen dos o tres palabras, las juntan haciendo una que suena como ametralladora y zas, la sueltan. A lo mejor lleva 20 consonantes y una vocal, así que suena como un cohete que sale disparado un zsssssggggghhhrrrrrrtttsszzzz plum. Pero todo eso dicho con naturalidad. Nosotros tenemos ya en nuestro idioma muchas palabras alemanas.
―Cuales.
―Por ejemplo: KEINVENTEN. HAYKEJODERSE, MECAGÜENTOTEN, KATAPLASH, SSSHHURRALEFORRRTTH, ENTREPANEM, ESTRUJEN, KETEAFOTEN… Muchas más… Siempre, eso sí, dichas con vehemencia y generalmente con admiraciones varias delante y detrás. No es lo mismo soltar un lánguido KETEAFOTEN, que un imperativo, corajudo y admirativado ¡¡KETEAFOTEN!! Lo primero se llama “corrupción amanerada lingüística”, y lo segundo es alemán, puro y duro. Sobre todo duro.
No sé por qué pero descubro en Nora como una risilla fina bajo el bigotillo. Y eso me toca los nísperos. El caso es que me incita a hablar de un nuevo idioma de los que manejo habitualmente.
―¿Y el ruso?
―Ah, estupendo. El ruso es un idioma muy bélico a la par que romántico. Ambas situaciones van siempre juntas. La belleza de la guerra, sus estrategias y afanes, son iguales a los que despliega el amador con ansias de conquistar a su amada. No hay nada más hermoso y romántico, que ver a un cosaco de dos metros, con bigotes que le sirven para atarse el pantalón cantándole a su amada con voz profunda  timbrada de vodka ante la verja de hierro de su ventana palabras tan elocuentemente hermosas como… CASTAÑA, RISUEÑO, KATAPLOF, LONGANIÇA, KALASPARRA, COMOVAYA, MOSKA, BASCOYÁ, HAYQUEDAÑO, POMPOF, TORTIYA, ROÑA. Imagínate a la susodicha, con la mirada lánguida de sus ojos azules, su cabeza de trenzas rubias, toda llena de perestroikas y glasnots…
Me está mosqueando Nora porque la risilla debajo del bigotillo… No sé yo…
―¿Y el griego ese que dices?
―Uy, el griego es muy socorrido en  este pueblín. El ayuntamiento lo utiliza mucho con sus ciudadanos. Pero eso es otra cuestión. Lo cierto es que el griego forma base de nuestro idioma, y de otros muchos, porque es uno de los primeros idiomas verdaderamente cultos. Nosotros tenemos muchas palabras griegas, por ejemplo… PAPANATAS, PATATA, ÁRIDO, TRÉMULO,  HOMINIDO, EXTREMO, ESKELETO, KATEDRA, TISANA, KARA, KULO,  PEDO, PIS, TRAGÓN. En la mili tenía un compañero que se llamaba Homínido Extremo Papanatas. Al nombrarle decían su nombre y primer apellido y él, como los demás, debía contestar con el segundo. Así el sargento decía. ¡HOMINIDO EXTREMO! Y el contestaba ¡PAPANATAS! Y ale, a la cárcel por faltarle el respeto al sargento, Hasta que se dieron cuenta de que era su apellido. En fin, historias de la p… mili.
Nora, que ya no disimula una risilla bajo los largos pelillos del bigote, me quiere poner en apuros y aumenta un grado la inquisitiva sed de conocimientos…
―¿Y el chino?
―Aahhh… el chino. La china enigmática, una de las más grandes civilizaciones de la humanidad. Los chinos han inventado las naranjas, la pólvora, los millonarios comunistas… La mejor manera de aprender chino es, por supuesto ir a un chino. Si oyes como se hablan entre ellos comprenderás que el chino es una lengua de doble filo. Tienen entonaciones distintas para un mismo grupo de palabras y el significado es diferente. Es como cuando nosotros oímos a una madre, con los brazos en jarras ante la puerta de su casa y dando golpecitos con el pie en el suelo diciendo a su niño… andaaaaaa cabezónnnn que te pareeces a tu padreeeee. Está claro su significado. Seguramente le dirá al padre cuando le vea: “mira lo que ha hecho tu hijo”. Si en cambio la madre le dice, sonriente ante la puerta cuando el niño entra… “anda…cabezón que eres igualico a tu paere… Se nota un orgullo en la madre al sentir la similitud del carácter del hijo con el bien amado esposo. Pues así son los chinos pero todo el día. Tenemos palabras chinas como SALCHICHON, CHINOCHANO, FUCHINGA,  ACHINOSEHACHE, CHULO, CHIN-PUN, CHAL-PA-FUELA KETE VOYA DAL,  MALI-KON-ASO, FU-MA-DOL, KOLEKOLE-KETE-PIYO… En fin, muchas.
Nora para junto a un árbol para hacer un pis. Noto que le tiemblan las patitas mientras lo hace y que se escapa un segundo ruidito, como un siseo que acompaña al chorrito. Mosqueo general.
―¿Y ese africano que llamas… normalizado?
―Claro, es que en África hay tantas lenguas, dialectos, y diarreas léxicas que yo las uno en ese concepto. Pero por supuesto, también tenemos mucho que ver con ellos. No en vano somos vecinos y los africanos y nosotros somos como parientes cercanos. Todo el día en casa. En nuestra lengua, esa vecindad se nota en nuestro vocabulario habitual. Palabras como OBLONGO, MONDONGO, TUPÉ, TONTOLKULO, TASCOSTIPAO, KETEDÉN, FANDANGO, OMBLIGO..,ya  ves, más normales no pueden ser. Todo el día andamos con ellas.
―¿Y el japonés?
―Ahhh, el japonés. Es nuevo aquí, pero ya nos está dejando un sustrato importante en la lengua diaria. Además del nombre de sus platos, que suena como si llamaras a un gato… “sushi.. sushi… “ Nos dejan palabras muy sonoras. Hay que tener en cuenta que los japonenses son los alemanes de oriente. Hablan también en tono “cabreao” porque entienden que la lengua varonil debe expresar una cierta tosquedad, y ellos con esa cultura guerrera que tienen, que todos quieren ser samuráis pues… de mariconadas las menos. Eso queda para las Geishas.  Así en nuestra lengua ya van quedando palabras como MICHICO -SUDA, SUDAKA, TOY-HODIO, ABANIKO, KARA-MOKO, TEKITO-TU-CASA, SICAIGO -MEHODO, TOY-SUDAO, KE-TAN-DAO, MOS-KI-TO… Como ves palabras todas ellas que abarcan una gran variedad de situaciones de la vida.
―¿Y el inglés?
―Por favooorrr… el inglés está ya chupao. Tenemos casi ya más palabras en inglés que en nuestro idioma. Es el latin moderno. Ya te dije que como pueblo conservador, los ingleses han encontrado la piedra filosofal de la vida. Quien aguanta pervive, es su lema. Y ellos han permanecido, permanecen y permanecerán igual por los siglos de los siglos. Ahí tienes sin ir más lejos a la reina. Ejemplar ejemplo de la ejemplifiquesison de lo que te digo. Toda la vida con la misma ropa, los mismos sombreros, el mismo lápiz de labios, el mismo rímel, la misma sonrisa… Cuando se inventó aquello de… “por los siglos de los siglos, amén, se pensaba en la reina de Inglaterra. ¿Alguien pensó otra cosa? Románticos.
Pues palabras metidas en nuestra lengua tenemos FUTBOL (aquí jurgol) MUEBLE (mobel), CABLE, (cobel)  YESVERIGÜEL, THEEND, VOLEYBOL, COUJOUNESS, METROGOLDUYNMAYER, GUALNISNEY… Y muchas más. Además ellos mismos van cogiendo palabras españolas y las cambian a las suyas, y nosotros, que tó nos hace gracia, nos las quedamos.
“¡Coumo se yama la peurra”… me dice una vecina inglesa. Nora, contesto. Y ella se queda pensando mientras hace el cambio… ahhh… Noura…
Son jodios. Ya te digo.
Una especie de calambre le ha entrado a Nora, que se desparrama en el suelo. Un temblor, con epicentro estomacal,  le sacude todo el cuerpo. Preocupado me lanzo a ella, con el susto en el alma.
¡Nora, Nora, cariño, que te pasa!!!
¡¡¿Qué te pasa?!!  La jodía está muerta de risa y no puede ni sostenerse de pie. Aaaayyy esta perra…

Fin

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