Pasear con Nora por el largo paseo junto al mar, que une la
Playa de Los Locos con la Playa del Cura –vaya nombres-, es toda una lección de
personajes variopintos, de lenguas, costumbres, maneras de vestir… Toda Europa,
parte de Asia, de África y aun de América se encuentran aquí, cada uno con su
idiosincrasia. Es en verdad una lección de eso que ahora llaman en la escuela
“Conocimiento del Medio”. Que tiene migas no saber y no querer decir geografía,
historia, etc., sino rebuscar en la papelera de las palabras y encontrar una,
amorfa, que no duela, que no dé miedo, y que se adapte a un tipo de ciencia que
no es ciencia pero que sí, pero que no, ay mamá que tengo que estudiar.
Pues en esas íbamos Norita y yo, caminando, chinochano,
como se dice en el lenguaje chinaponés. O yo qué sé. Pero íbamos. De vez en
cuando se oía el parloteo de un grupo de personas y Nora preguntaba por el
idioma que hablaban. Esos son alemanes,
Nora. Los alemanes hablan como si te riñeran siempre. Me es difícil
imaginar a una madre alemana hablarle dulcemente a su bebé. Se me antoja que
dice…
-Aufmerksamkeit. Achtung! Dies ist deine Mutter. Willst du
nicht mehr Milch, sucker? Que es algo así como… Atención, ¡Firmes! Habla tu
madre. ¿No quieres más leche, mamón? Que supongo que la dulce mamá germana
querrá decir, … ¿no quiere más lechita mi dulce bebé? Imagino al pobre bebé
derramándose por el culito todo cagadito de miedo. Y en vez de contestar sí,
cuando pueda hablar contestar…
-Zahlbar an Sie, meine liebe Mutter. Osea, a la orden de usted, mi querida madre.
Y dar un choquecito con los talones. En fin, son muy enérgicos, como ves.
Seguimos el paseo en aquella mañana soleada. El mar
brillaba en calma, reflejando la luz del sol y la arena parecía sacada de Lawrence
de Arabia. Una arena de color arena, como debe ser. Esto el ayuntamiento se lo
trabaja mucho.
Un grupo estrafalario con una lengua más fluida y vocálica
llamó la atención de Nora. Esos son ingleses Nora. Verás: el inglés es una
lengua a medio hacer, es una lengua primitiva, poco evolucionada, que se quedó
así. Ellos, como son muy “conservadores”, la conservaron tal cual.
-Pues se oye mucho –añade Nora.
-Sí, claro, es que gracias a ese primitivismo conserva un
don especial. Es económica. Nosotros decimos.. “por favor” y ellos dicen…
“Plis” Y ya está. Fíjate que corto. Pues así es todo. Y es que los ingleses
basan su vida en la singularidad. Han sido listos y han respetado sus manías
convirtiéndolas en virtudes a base de perseverancia. ¿Qué nosotros tomábamos
chocolate? Pues ahora té. Saben que todo consiste en aguantar.
Hay dos tipos de ingleses aquí en la costa. El inglés y el
british. El primero podría pasar por cualquier paleto de por aquí. Viste de
cualquier forma, va sin afeitar, es feo, cejijunto, y sucio. En cambio el
british es otra cosa. Unos van vestidos de piratas, otros de Indiana Jones, otros de Cocodrilo Dundee y otros con pantalón de cuadros hasta media pierna,
calcetines blancos con sandalias y un jersey de lana blanco de ovejas
escocesas. Es de piel colorada, largo bigote enroscado y pelirrojo… Suele
llevar tatuajes. Por cierto, las ovejas
descienden de las merinas españolas. Es como si a un personaje de película lo
sacan de la peli y lo echan a rodar por las calles de aquí. Imagínate que, sin
corte, sin puntos ni nada, cogiésemos un guión, o unas secuencias de Torrente y
las pusiésemos en una película de Cecil B. De Mille. Los diez mandamientos, por
ejemplo. ¿Qué tal? Pues así son los british. Pero no creas, yo cada vez que veo
a uno no tengo más remedio que silbar el “Dios salve a la reina”. Son diferentes y lo llevan con orgullo, sin complejos.
Las explicaciones parece que satisfacen a Nora, y ella
misma se adelanta hacia otro grupo de personas que, sentadas en el suelo,
alfombra extendida, muestran sus mercancías de relojes, pulseras, gafas…
Estos son negros, Nora. En África hay muchas lenguas, pero
algunas europeas están muy extendidas, como el francés o el inglés. Si observas
en silencio, verás que más que hablar, lo que hacen es percutir un tambor. Tal
vez así nació la música
Y efectivamente un negrito le dice al otro.
A tuka tutú, makuna tatá?
Y el otro le responde.
Ahhh tuno tuno tekop. Ochira tatumi o tupa tupé.
Yo no sé hablar africano normalizado, pero por el contexto…
creo que dice...
-¿Sabes tú qué coño quiere este tío con el perro?
Y el otro le contesta:
-Aaahhh… no tengo idea, pero el perro tiene buenos muslos y
a la plancha…
En fin, Nora, vámonos de aquí que el hambre es mala
consejera.
Al llegar a lo que
se llama la Curva del Palangre, se forma una pequeña playa, bajo la cual,
hábilmente disimulados por el ayuntamiento, se encuentran los desagües de todo
aquel barrio, que por estar en cuesta, saca por allí sus aguas. Pero no pasa
nada. Todo se soluciona con una bonita capa de arena dorada. Aaahhh, algún día, cuando
se acabe, la pintarán… O tempora, o mores
Llegados a los columpios en la otra parte de la curva, Nora oye una nueva lengua. Se trata de dos parejas, hombres y mujeres, que pasean como nosotros. Ellas altas, rubias, muy guapas, ojos azules, miradas frías y distantes. Hablan ruso, claro
Llegados a los columpios en la otra parte de la curva, Nora oye una nueva lengua. Se trata de dos parejas, hombres y mujeres, que pasean como nosotros. Ellas altas, rubias, muy guapas, ojos azules, miradas frías y distantes. Hablan ruso, claro
-Los rusos, Nora, son seres
extraños. Son del Norte del Norte. Han venido con unas ganas enormes de
consumir. Al igual que los ingleses aquí hay dos clases de rusos. Los que viven
como en los 60, y los que viven como en el 2023. Pero todos ellos tienen un
denominador común. Hablan ruso y parece que esconden en sus casas un
kalashnikov. A veces me da la sensación de que nos perdonan a todos, y que
están esperando que alguien les dé la orden y comiencen a disparar. En fin. La
ecuación, ruso+bebida+armas= ….. X. Procura Nora no despejar nunca esa incógnita.
Los rusos cuando hablan son muy
parecidos a nosotros. Hablan rápido. Se parecen a los que imitan a los rusos en
las pelis. Hoolaaa io soi russsoooo de la ruseria… (esta r es sonido suave).
Los rusos no son mujeres y hombres,
sino machos y hembras. Y no vengamos con gilipolleces o saco el kal…
Un ruso macho le dice al otro:
- Я купила красный
молоток, чтобы выходить на рынок
(Me he comprado un Hammer rojo para
ir al mercado)
Y el otro le contesta:
-Это один я использую, чтобы вынести мусор в моем доме
(Ese es el que uso para sacar la basura de mi chalet)
Pero esto queda bonito cuando lo oyes.
“Et aizumi yes buire stopoling stumifa mayom tumia.”
Chúpate esa, Nora.
Nosotros también tenemos muchas palabras de origen ruso en
nuestra lengua. Por ejemplo: castaña, alcurnia, cebolla, melindres, mayonesa… Y
muchas más.
Nora está muy contenta con el enriquecedor paseo. Con una
perra como esta, con tantas ganas de aprender, es que da gusto.
Comenzamos a pasear por la Playa del Cura. Ya ves, Nora,
que la Iglesia siempre ha sabido vivir bien. Hasta playa tenía el cura de aquí.
Y es que debes distinguir dos cosas Nora. La religión y la Iglesia. La primera
puede ser invento de Dios ( si acaso),
pero la segunda es de los hombres. Ser intermediario siempre ha tenido sus
ventajas. No comento más. Ya sabes.
Metidos en el paseo de la playa Nora descubre a otro tipo
de personas. Son bajitos, morenos, de pelo negro y brillante, y sentados en el
suelo tejen trenzas de colores, venden instrumentos de música hechas de cañas,
telas de colorines, arcos y flechas…
Estos son americanitos, Nora. No norteamericanos, sino
centro o sudamericanos. También tienen
sus lenguas antiguas pero aquí hablan castellano. Su castellano. Además lo
hacen muy bonito porque conservan palabras y giros antiguos que nosotros, con
nuestro lavado y centrifugado cultural
hemos perdido.
Son muy diferentes
según el país, pero suelen ser todos querendones, valientes y corajudos. Todos
dice cosas asín como mi amol, mi dueña, mamita, papasito. ¿Ande vais vos
Dulsesita? Y Dulsesita contesta: Pos voy a echarle una platiquita a la Virgen del
Caldo de Pollo pa que la comida de mi hombre salga güena del tó. Ya entenderás
mi querida Nora que era una conversación entre vecinas, y una le preguntaba a
la otra que dónde iba y la otra que iba a comprar una pastilla de caldo de
pollo. En fin.
Llegando ya al antiguo y pecador centro llamado El Tintero,
Nora ve por la calle, vendiendo flores, a unos chinitos. Bueno, nosotros
llamamos chinitos a todos los que tienen los ojos así, como de estreñido,
pero vaya usted a saber de dónde proceden estas almas. Los chinos, Nora, son,
han sido y serán siempre un misterio. Nadie sabe cómo nacen ni cómo crecen ni
cómo mueren. Solo sabemos que se reproducen mucho. Pero no sé muy bien si es
por partenogésis, por ósmosis inversa o por meiosis. Creo que deben ser parientes
de los ratones y los conejos, que
también les va la marcha.
Los chinos parece que están todo el día riéndose de ti.
Hablan a gritos, en la seguridad de que no descubrirás ni en el fondo ni la
forma sus palabras. Tu les preguntas… ¿ dónde está la crema de zapatos? Y te
responden:
-第三大厅的左侧 (ti saka tin chuaj-ja)
Jódete, lorito. ¿Tú entiendes algo, Nora? Pues yo tampoco.
Pues de eso se trata. De que no entendamos nada. Así siguen siendo un misterio.
Luego ale, capazos de euros para china. Así, en sacos. A la chitacallando
(palabra evidentemente china). Por las señas entiendo que me dice: tercer pasillo
a la izquierda. Pero lanzada como un insulto.
Ya ves pues Nora que estamos en una tierra donde no se
aclara ni Dios. Que no sabe si morirse definitivamente en loores de trompetas y
tambores, o marcharse a otro sitio donde las cosas estén más claras. Y es que
en la tierra de esto que llamamos España, antes Hesperia, antes Garbo, antes
Iberia, antes Hispania, hemos levantado muy orgullosos una Torre de Babel,
satisfechos de nuestro enredo, contentos de haber perdido en el camino nuestros
orígenes, nuestras costumbres, nuestra lengua, nuestra cultura. Ahora somos una
especie de caldo de pollo de sabor indefinido y que da miedo leer su composición.
Fin
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