martes, 2 de abril de 2013

NORA Y LA TORRE DE BABEL





Pasear con Nora por el largo paseo junto al mar, que une la Playa de Los Locos con la Playa del Cura –vaya nombres-, es toda una lección de personajes variopintos, de lenguas, costumbres, maneras de vestir… Toda Europa, parte de Asia, de África y aun de América se encuentran aquí, cada uno con su idiosincrasia. Es en verdad una lección de eso que ahora llaman en la escuela “Conocimiento del Medio”. Que tiene migas no saber y no querer decir geografía, historia, etc., sino rebuscar en la papelera de las palabras y encontrar una, amorfa, que no duela, que no dé miedo, y que se adapte a un tipo de ciencia que no es ciencia pero que sí, pero que no, ay mamá que tengo que estudiar.
Pues en esas íbamos Norita y yo, caminando, chinochano, como se dice en el lenguaje chinaponés. O yo qué sé. Pero íbamos. De vez en cuando se oía el parloteo de un grupo de personas y Nora preguntaba por el idioma que hablaban. Esos son alemanes,  Nora. Los alemanes hablan como si te riñeran siempre. Me es difícil imaginar a una madre alemana hablarle dulcemente a su bebé. Se me antoja que dice…
-Aufmerksamkeit. Achtung! Dies ist deine Mutter. Willst du nicht mehr Milch, sucker? Que es algo así como… Atención, ¡Firmes! Habla tu madre. ¿No quieres más leche, mamón? Que supongo que la dulce mamá germana querrá decir, … ¿no quiere más lechita mi dulce bebé? Imagino al pobre bebé derramándose por el culito todo cagadito de miedo. Y en vez de contestar sí, cuando pueda hablar contestar…
-Zahlbar an Sie, meine liebe Mutter.  Osea, a la orden de usted, mi querida madre. Y dar un choquecito con los talones. En fin, son muy enérgicos, como ves.
Seguimos el paseo en aquella mañana soleada. El mar brillaba en calma, reflejando la luz del sol y la arena parecía sacada de Lawrence de Arabia. Una arena de color arena, como debe ser. Esto el ayuntamiento se lo trabaja mucho.
Un grupo estrafalario con una lengua más fluida y vocálica llamó la atención de Nora. Esos son ingleses Nora. Verás: el inglés es una lengua a medio hacer, es una lengua primitiva, poco evolucionada, que se quedó así. Ellos, como son muy “conservadores”, la conservaron tal cual.
-Pues se oye mucho –añade Nora.
-Sí, claro, es que gracias a ese primitivismo conserva un don especial. Es económica. Nosotros decimos.. “por favor” y ellos dicen… “Plis” Y ya está. Fíjate que corto. Pues así es todo. Y es que los ingleses basan su vida en la singularidad. Han sido listos y han respetado sus manías convirtiéndolas en virtudes a base de perseverancia. ¿Qué nosotros tomábamos chocolate? Pues ahora té. Saben que todo consiste en aguantar.
Hay dos tipos de ingleses aquí en la costa. El inglés y el british. El primero podría pasar por cualquier paleto de por aquí. Viste de cualquier forma, va sin afeitar, es feo, cejijunto, y sucio. En cambio el british es otra cosa. Unos van vestidos de piratas, otros de Indiana Jones, otros de Cocodrilo Dundee y otros  con pantalón de cuadros hasta media pierna, calcetines blancos con sandalias y un jersey de lana blanco de ovejas escocesas. Es de piel colorada, largo bigote enroscado y pelirrojo… Suele llevar tatuajes.  Por cierto, las ovejas descienden de las merinas españolas. Es como si a un personaje de película lo sacan de la peli y lo echan a rodar por las calles de aquí. Imagínate que, sin corte, sin puntos ni nada, cogiésemos un guión, o unas secuencias de Torrente y las pusiésemos en una película de Cecil B. De Mille. Los diez mandamientos, por ejemplo. ¿Qué tal? Pues así son los british. Pero no creas, yo cada vez que veo a uno no tengo más remedio que silbar el “Dios salve a la reina”. Son diferentes y lo llevan con orgullo, sin complejos.
Las explicaciones parece que satisfacen a Nora, y ella misma se adelanta hacia otro grupo de personas que, sentadas en el suelo, alfombra extendida, muestran sus mercancías de relojes, pulseras, gafas…
Estos son negros, Nora. En África hay muchas lenguas, pero algunas europeas están muy extendidas, como el francés o el inglés. Si observas en silencio, verás que más que hablar, lo que hacen es percutir un tambor. Tal vez así nació la música
Y efectivamente un negrito le dice al otro.
A tuka tutú, makuna tatá?
Y el otro le responde.
Ahhh tuno tuno tekop. Ochira tatumi o tupa tupé.

Yo no sé hablar africano normalizado, pero por el contexto… creo que dice...
-¿Sabes tú qué coño quiere este tío con el perro?
Y el otro le contesta:
-Aaahhh… no tengo idea, pero el perro tiene buenos muslos y a la plancha…
En fin, Nora, vámonos de aquí que el hambre es mala consejera.
 Al llegar a lo que se llama la Curva del Palangre, se forma una pequeña playa, bajo la cual, hábilmente disimulados por el ayuntamiento, se encuentran los desagües de todo aquel barrio, que por estar en cuesta, saca por allí sus aguas. Pero no pasa nada. Todo se soluciona con una bonita capa de arena dorada. Aaahhh, algún día, cuando se acabe, la pintarán… O tempora, o mores
 Llegados a los columpios en la otra parte de la curva, Nora oye una nueva lengua. Se trata de dos parejas, hombres y mujeres, que pasean como nosotros. Ellas altas, rubias, muy guapas, ojos azules, miradas frías y distantes. Hablan ruso, claro
-Los rusos, Nora, son seres extraños. Son del Norte del Norte. Han venido con unas ganas enormes de consumir. Al igual que los ingleses aquí hay dos clases de rusos. Los que viven como en los 60, y los que viven como en el 2023. Pero todos ellos tienen un denominador común. Hablan ruso y parece que esconden en sus casas un kalashnikov. A veces me da la sensación de que nos perdonan a todos, y que están esperando que alguien les dé la orden y comiencen a disparar. En fin. La ecuación, ruso+bebida+armas= ….. X. Procura Nora no despejar nunca esa incógnita.
Los rusos cuando hablan son muy parecidos a nosotros. Hablan rápido. Se parecen a los que imitan a los rusos en las pelis. Hoolaaa io soi russsoooo de la ruseria… (esta r es sonido suave).
Los rusos no son mujeres y hombres, sino machos y hembras. Y no vengamos con gilipolleces o saco el kal…
Un ruso macho le dice al otro:
- Я купила красный молоток, чтобы выходить на рынок
(Me he comprado un Hammer rojo para ir al mercado)
Y el otro le contesta:

-Это один я использую, чтобы вынести мусор в моем доме
(Ese es el que uso para sacar la basura de mi chalet)
Pero esto queda bonito cuando lo oyes.
“Et aizumi yes buire stopoling stumifa mayom tumia.”

Chúpate esa, Nora.
Nosotros también tenemos muchas palabras de origen ruso en nuestra lengua. Por ejemplo: castaña, alcurnia, cebolla, melindres, mayonesa… Y muchas más.
Nora está muy contenta con el enriquecedor paseo. Con una perra como esta, con tantas ganas de aprender, es que da gusto.
Comenzamos a pasear por la Playa del Cura. Ya ves, Nora, que la Iglesia siempre ha sabido vivir bien. Hasta playa tenía el cura de aquí. Y es que debes distinguir dos cosas Nora. La religión y la Iglesia. La primera puede ser invento de Dios  ( si acaso), pero la segunda es de los hombres. Ser intermediario siempre ha tenido sus ventajas. No comento más. Ya sabes.
Metidos en el paseo de la playa Nora descubre a otro tipo de personas. Son bajitos, morenos, de pelo negro y brillante, y sentados en el suelo tejen trenzas de colores, venden instrumentos de música hechas de cañas, telas de colorines, arcos y flechas…
Estos son americanitos, Nora. No norteamericanos, sino centro o sudamericanos.  También tienen sus lenguas antiguas pero aquí hablan castellano. Su castellano. Además lo hacen muy bonito porque conservan palabras y giros antiguos que nosotros, con nuestro lavado  y centrifugado cultural hemos perdido.
 Son muy diferentes según el país, pero suelen ser todos querendones, valientes y corajudos. Todos dice cosas asín como mi amol, mi dueña, mamita, papasito. ¿Ande vais vos Dulsesita? Y Dulsesita contesta: Pos voy a echarle una platiquita a la Virgen del Caldo de Pollo pa que la comida de mi hombre salga güena del tó. Ya entenderás mi querida Nora que era una conversación entre vecinas, y una le preguntaba a la otra que dónde iba y la otra que iba a comprar una pastilla de caldo de pollo. En fin.
Llegando ya al antiguo y pecador centro llamado El Tintero, Nora ve por la calle, vendiendo flores, a unos chinitos. Bueno, nosotros llamamos chinitos a todos los que tienen los ojos así, como de estreñido, pero vaya usted a saber de dónde proceden estas almas. Los chinos, Nora, son, han sido y serán siempre un misterio. Nadie sabe cómo nacen ni cómo crecen ni cómo mueren. Solo sabemos que se reproducen mucho. Pero no sé muy bien si es por partenogésis, por ósmosis inversa o por meiosis. Creo que deben ser parientes de los ratones y los conejos,  que también les va la marcha.
Los chinos parece que están todo el día riéndose de ti. Hablan a gritos, en la seguridad de que no descubrirás ni en el fondo ni la forma sus palabras. Tu les preguntas… ¿ dónde está la crema de zapatos? Y te responden:

-第三大厅的左侧 (ti saka tin chuaj-ja)


Jódete, lorito. ¿Tú entiendes algo, Nora? Pues yo tampoco. Pues de eso se trata. De que no entendamos nada. Así siguen siendo un misterio. Luego ale, capazos de euros para china. Así, en sacos. A la chitacallando (palabra evidentemente china). Por las señas entiendo que me dice: tercer pasillo a la izquierda. Pero lanzada como un insulto.

Ya ves pues Nora que estamos en una tierra donde no se aclara ni Dios. Que no sabe si morirse definitivamente en loores de trompetas y tambores, o marcharse a otro sitio donde las cosas estén más claras. Y es que en la tierra de esto que llamamos España, antes Hesperia, antes Garbo, antes Iberia, antes Hispania, hemos levantado muy orgullosos una Torre de Babel, satisfechos de nuestro enredo, contentos de haber perdido en el camino nuestros orígenes, nuestras costumbres, nuestra lengua, nuestra cultura. Ahora somos una especie de caldo de pollo de sabor indefinido y que da miedo leer su composición.

Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario